jueves, 11 de junio de 2020

Posteo ejemplar

¿Acaso ya no inmortalizamos nuestras sociedades en novelas ejemplares, "aguafuertes" o artículos de costumbres? No, no es así. La retratamos todo el tiempo, para aprobarla o repudiarla, para aplaudirla o denostarla, para mostrarla o esconderla. Para juzgarla, bah.
Entonces, ¿qué pasa? Precisamente. Llegar a la adultez implica que te hayan enseñado y hayas aprendido con parcial éxito a prejuzgar y a juzgar. Por eso, mis retratos no se los regalo a quienes habitan el mundo adulto.
No. Yo hago posteos ejemplares. Y no retrato a la sociedad. Me retrato a mí, escapando de todos sus prejuicios, cuestionando todos sus prejuicios, derribando todos sus prejuicios. Porque pienso: "¿Está bien que una mujer que se dedica a esto se porte de esta manera?". Y sí, está bien. La vida íntima corre perpendicular a la vida profesional, claro. Pero no estamos en un sistema de ejes y se curva para andar en paralelo también. Y quiero ofrecerles a quienes miran la posibilidad de (contra)pensar: "¿Por qué no?".

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