Entonces, ¿qué pasa? Precisamente. Llegar a la adultez implica que te hayan enseñado y hayas aprendido con parcial éxito a prejuzgar y a juzgar. Por eso, mis retratos no se los regalo a quienes habitan el mundo adulto.
No. Yo hago posteos ejemplares. Y no retrato a la sociedad. Me retrato a mí, escapando de todos sus prejuicios, cuestionando todos sus prejuicios, derribando todos sus prejuicios. Porque pienso: "¿Está bien que una mujer que se dedica a esto se porte de esta manera?". Y sí, está bien. La vida íntima corre perpendicular a la vida profesional, claro. Pero no estamos en un sistema de ejes y se curva para andar en paralelo también. Y quiero ofrecerles a quienes miran la posibilidad de (contra)pensar: "¿Por qué no?".
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