Ando, mucho tiempo ando
con los pies ligeros.
Es decir, anduve.
Mucho tiempo anduve
con los pies ligeros.
Pero, si no me pesan los pies,
me pesa la cabeza
y entonces me caigo,
¿y cómo me levanto?
Mejor no, los pies ligeros no.
Mejor andar con pies de plomo
y cabeza de pluma
y corazón de balanza.
Crezco de otra manera.