martes, 29 de mayo de 2018

Geminadas

Me seguís.
Todas las noches.
Todas las oscuridades.
Asomás, de repente, a mi mirada.
A mis ojos.
Y mis ojos dejan de ser ojos para reflejarte.
Para mirarte desde el reflejo.
Que les quepas es un milagro,
o tal vez no.
Tal vez el milagro sea
que te reflejes en mis ojos,
que todavía te reflejes en mis ojos,
cuando ya te habías duplicado,
cuando ya te habías partido,
cuando ya te habías geminado, luna,
para habitar mi cara.

domingo, 13 de mayo de 2018

No se me habia ocurrido (1)

No se me había ocurrido, en estos 21 años, pensar que mi concepción de la belleza tenía que coincidir con las otras. Cuando digo que la belleza física de una persona no me atraviesa, estoy diciendo que tu concepción de la belleza, que tu criterio para evaluarla y que los cánones actuales no me atraviesan.
No hay un solo cuerpo humano, porque el ideal de belleza es primordialmente humano, que no tenga por los menos un elemento estético canónico. Siempre habrá unos ojos, una nariz, unas formas, unos tamaños, unas texturas que emanen la belleza que nos dicen que deberían emanar para ser considerados hermosos.
No hay un solo cuerpo humano que, para mí, emane belleza como tal. La belleza no es inmanente a ese cuerpo. Ese cuerpo es necesario, porque en este plano no hay relaciones humanas sin cuerpos o sin extensiones accesorias a ese cuerpo (creadas por nosotros mismos), para que yo acceda a los pensamientos, a las acciones, a las palabras y a los sentimientos que le otorgan hermosura.
Tal vez haya una hermosura ideal e inalcanzable sensorialmente cuya porción más fiel sea la que estoy señalando. El canon y vos ven la porción de la porción, esa porción que a mí no me importa, que a mí no me interpela, que a mí no me atrae porque me parece que ni siquiera existe y que es tan solo una idea que se construye sobre ciertos cuerpos humanos como bien podría construirse sobre una mesa.
No se me había ocurrido, en estos 21 años, pensar que mi concepción de la belleza tenía que coincidir con las otras. Cuando digo que la belleza física de una persona no me atraviesa, estoy diciendo que quizá no exista, que quizá no sea el cuerpo lo que le dé verdadera vida porque, a veces y ahora, hasta ese necesario cuerpo pueda volverse prescindible.

viernes, 4 de mayo de 2018

Me jueves

Me jueves.
Desde aquel noviembre me jueves.
A veces, jueves más.
A veces, jueves menos.
Pero no deja de haber semanas.
Ni días.
Ni jueves.
No deja de haber noviembre.
Te no(vie)mbre o no te no(vie)mbre,
la vida también jueves.
Y jueves, sobre todo,
cuando no sé que es jueves,
cuando no sé qué es jueves,
cuando no sé que jueves.