lunes, 31 de enero de 2022

Sorbos

Se me cruza de frente tu cara
y me toca pensar:
quiero sorber esa sonrisa
que se asoma cuando estamos
cerca o cómplices o complicados
en un enredo amoroso de piernas;
quiero sorber esos ojos volubles
que amanecen tras cada beso
tomando pestañas y párpados
por horizontes móviles;
quiero sorber esa piel dulce
que se inquieta sin moverse
archipiélago de pecas y gestos
cuya medida acaba en mis dedos.

Se me cruza de frente tu cara
y me toca pensar:
quiero sorber esa propuesta.

jueves, 27 de enero de 2022

Onomatopeyas

Queriendo guardar cinco minutos
de todos los que elegí estar con vos
me quedo con las onomatopeyas:
tu piel de la mano roza
mi piel del vientre
y suena suave y lejos
tu beso de la boca roza
mi lóbulo de la oreja
y suena resbaloso y cerca
tu beso de la boca roza
mi beso de la boca
y suena en mis ojos.

Hay más onomatopeyas de mi cuerpo
cuando nos estamos gustando
que cuando pesadillo que te vas
y grito una angustia casi sin volumen.

Hay más onomatopeyas de mi cuerpo
cuando nos estamos compartiendo
que cuando te despido en la calle
y choco la pierna contra el molinete.

Hay más onomatopeyas de mi cuerpo
que cuando no sabía de vos.

martes, 25 de enero de 2022

Suplico

Hay sol por todas partes en la habitación
y sin embargo estamos a oscuras
intuyo tu cara a mis espaldas
suplico que estés mirándome así
como yo te miraría si tuviera
ojos en la nuca o en la trenza

Pongo tus manos al calor de mis latidos
respiro tu sabor en mi cuello
se me infla el pecho de tu aroma
suplico que no alejes tus dedos
y me doy vuelta como el día
porque a tu cara le falta mi beso

Al techo le da mucho pudor espiarnos
mientras te regalo mi voz suave
de amante que agradece paredes
suplico que solo vos me escuches
y cierro mis ojos siempre nocturnos
para que te mire mi boca de chicle

No sobro dentro de tus ojos
ni detrás de tus puertas
me quedo quieta y creciente
como luna sin fases

viernes, 21 de enero de 2022

Ojos de colores

Hoy te digo que ignoro casi todo
excepto principalmente ese color
el color de tus ojos mirándome:
parece un pantano claro y limpio
que estalla detrás de los párpados
y resurge hecho un mar nublado.
El mar llueve dentro de tus pupilas
e inunda mis ojos de cacao puro
que expongo al sol para secarlos:
entonces se me manchan de miel
miel de rayos solares muy tímidos
ante mis sombrillas de pestañas.
Mis nubes de miel se desparraman
y besan a tus nubes de mar celeste
sin pedirles permiso ni disculpas:
la lluvia se suspende y se esconde
y el cacao se hunde en el pantano
haciendo más espeso el mirarnos.
Hoy te digo que ignoro casi todo
excepto principalmente ese sabor
el sabor de los ojos mezclándose:
pestañas arriba, pestañas abajo
mieles verdes, nubes de chocolate
y el reflejo imposible de un beso.

miércoles, 19 de enero de 2022

Desmontables

Las calles que hay entre nosotros
me amenazan con sumar metros
y entonces lloro ediliciamente
asfaltando mi fuerza con lágrimas

No me dan miedo
porque yo no tuve ojos

Las calles que hay entre nosotros
se caen escandalosamente ahora
y entonces me caigo al unísono
porque no me puse alas o soga

Igual no me dan miedo
porque yo no tuve ojos

Las calles que hay entre nosotros
callan y ese ruido es insoportable
y entonces siento que me asfixia
el terrible aroma de su silencio

Pero no me dan miedo
porque yo no tuve ojos

Los ojos vinieron mucho después
de las calles, las palabras y la risa
es más: la explicación sencilla dice
que me puse ojos cuando ya te amaba.

Inapropiada

Te confieso que me asustaste.
Pensé que se había gastado
la pila, tu linda pila doble a
como se gastan los amores
o los deseos insolentes
o las ansias constantes.
Ya sé que tengo tres más
pero me había habituado
al anonimato de esta pila.
La intensidad se deshilachaba
y también creí que había perdido
la zona inexacta del botón nimio.
Me asusté y te recompusiste
y entonces pude hacer mi pedido:
una satisfacción inapropiada.
Inapropiada porque no se puede
nadie puede adueñarse del grito
o de este estallido tormentoso.

Mogul

 Me regalaron una caja de golosinas

había una bolsa de medio kilo de mogul

y yo pensé en vos, ¿sabés?

Me dije: eso pesan mis ganas

de gustarte

de mimarte

de compartirme

 

Casi nunca hay en el kiosko

 

Igual la tentación ganó la contienda:

me comí cada uno de los gramos

y me olvidé de la balanza

que medía mi declaración

de intenciones

de actitudes

de cariño

 

Casi nunca hay en el supermercado

 

No me culparías, me entendés

y por eso no me tenté sin la previa

de una promesa azucarada:

buscar un nuevo medio kilo

de mogul

de besos

de amor a vos

martes, 18 de enero de 2022

Gotas

Confiesan las persianas
que arriba de mi almohada
estás vos.
Es decir, ojalá estuvieras
pero no estás acá
solo te pienso.
Hay una pandemia
que tirana e insensible
te retiene en casa.
Yo vivo en otra casa
ahora sitiada por gotas
que queda a barrios.
Nueve estaciones de subte
ni siquiera cuarenta minutos
y la sábana te suple.
Te cuento que es mala suplente
sus abrazos abrigan, sí
pero los tuyos funden.
Funden mi piel blandita
y me esparcen sobre vos
y entonces me sumerjo.
Además cuando me soltás
recobro mi histórica solidez
y te sumerjo en palabras.
Nueve estaciones de subte
ni siquiera cuarenta minutos
no, la sábana no te suple.
Las gotas sitian mi casa
sitian toda esta ciudad
y me olvidé el paraguas.
Es rojo, no está en tu cocina
pero me gustaría mentirte
e ir a buscarlo.
El paraguas rojo descansa
pero me gustaría mentirte
e ir a buscarte a vos.

Miope

Soy miope y alérgica.
Es más fácil hacerme reír
o llorar o hablar
que hacerme ver
una belleza nítida
que hacerme oler
una belleza inofensiva
que no me obligue
al estornudo, al pañuelo.
¿No me dan ganas de mirar
porque soy miope
o soy miope porque
no tenía ganas de mirar?
También me pican los párpados
cuando la rinitis se asoma
y me desfila por la cara.
Al final mi cuerpo pide
que me saque los ojos
no tienen mucho sentido.
Excepto si te acostaste cerca
a un mechón de distancia
y puedo robarme un ratito
el espejo de tus ojos camaleón
y entiendo de repente un poco
cómo me estás mirando
y me parece de repente un poco
menos despreciable el mirar.

El tren

Cuando no me distraen
los andenes de mi cabeza
noto la ventana abierta
y también escucho el tren:
al final de la calle hay una vía
en cada tramo de esa vía
hay muchos finales de calle
y acaso más autómatas
que solo oyen sorpresas
o no paran de saturarse
la vista ya pasiva y sumisa
de la que abusan a diario.

¿El tren se está yendo
o está viniendo a mis pies?
En cualquier caso se escurre
como se escurre la fecha
al final de una calle
donde no te beso.

lunes, 17 de enero de 2022

Intrusa

Cómo le digo que se vaya
a esa voz intrusa
que me susurra impune
que no me deseás
si mis fantasmas quinceañeros
están tejidos con memorias
de cuando nadie me miraba
y no suelen subsistir
pero hace poco tiempo
también me atropellaron
tal vez deseando mi cuerpo
tal vez despreciando
la invitación a amarnos.

viernes, 14 de enero de 2022

Desvelo

No queda más hora por no dormir
necesito que te vayas
quiero que no habites mis desvelos
no seas mi alarma nochiaria
que suena como pensamiento
y como deseo que es útil siempre
excepto cuando miro ese reloj
y son las cuatro y cincuenta
porque no tengo auto para salir
a buscarte
a besarte
a usarte de cama
y de canción de cuna

miércoles, 12 de enero de 2022

Subpiso

La ventana tiene un piso
estrecho entre las rejas
(hay una gata inquieta)
porque es el departamento
de las plantas maceteras.
Es un piso de cables de metal
y hoy unas hojas cuelgan
juegan al suicido ya inertes
o a mecerse sin hamacas
y sin vientos significativos.
Tal vez buscan más piso
el piso debajo del piso
la suposición del subpiso
y no puedo culparlas
a esas hojas escorpianas
porque quizá yo también.

domingo, 9 de enero de 2022

Guardia baja

No soporté mirar
tus ojos desbordantes
de belleza verde y traslúcida
y tuve que esconderme
detrás de mis pestañas
y tuve que esconderme
debajo de tu sonrisa
para que no supieras
de los pozos casi opacos
que son estas pupilas
cuando miran enamoradas.

En el poema no puedo esconderme:
toca mirarte de frente
e invitarte a que te sumerjas.

martes, 4 de enero de 2022

Quiromancia

Le estuve leyendo las manos a la Luna
a la Luna cansada de perseguirla
que ahora está acostada a mi lado
y los océanos son grandes estanques
de silencio y peces y regalos humanos

Le estuve leyendo las manos a la Luna
y llora sobre sus mejillas tersas y azules
porque le parece inevitable enamorarse
y no tiene carne para amar y desamar
en camas o atmósferas o cráteres

Le estuve leyendo las manos a la Luna
está muerta y agujereada de soledades
y me ruega mucho que me vaya poco
a ella tampoco le dice que se quede
en este día o esta noche o este fin

Se mueven, los mares se mueven
y los ríos se desmayan
y ese estanque suplica
mirándose en el cielo
con ojos invisibles

sábado, 1 de enero de 2022

El umbral de acá

Tengo una memoria larga
está llena de pasillos
que solo muestran umbrales

esa fecha ya no significa nada
pero sigue ahí

Mis vestidos parecen
hechos de rencores
pero los hila un amor

esos miércoles ya no significan nada
pero siguen ahí

Quisiera desnudar los nudos
y desacordonar los recuerdos
de las zapatillas duraderas

ese cambio en el poema ya no significa nada
pero sigue ahí

Al menos en el umbral de tus ojos
y de tu abrazo y de tus besos
no hablan nunca estas ropas

esos adioses significan todo
por eso siguen ahí

Arranco el latido de su disfraz
de carne y de calendarios
para que sigas acá