Las bestias que habitan mi vientre
se marean en todos los océanos
se alteran rugientes y se desgarran
hasta que ven los peces de tus ojos
Esos peces no son presa o comida
en todo caso mis bestias se comen
la calma de esa laguna ocular tuya
la dulzura verde que sale a la noche
Los peces y las bestias se susurran
y nadan entonces al unísono sordo
de tus horizontes y mis horizontes
de tus vaivenes y mis quedarmes
Las bestias se quedan y yo me quedo
a mirarte y nadar en el pantano de luna
que amasamos entre arrugas de tela
que gestamos entre grietas de labios
Te regalo suaves y tiernos cráteres
para reclamar la calma de tus bestias
que no se esconden y me convocan
como bestias de pie y no caminantes
Esos cráteres no son presa o comida
en todo caso tus bestias se comen
el laberinto de mis cielos secretos
las galaxias de mis besos abiertos
Las bestias que habitan mi vientre
se marean en tus frescos vaivenes
y demandan tus sencillos quedartes
que generoso das con tus bestias