Seis seis seis.
Seis varones
seis turnos
seis [].
Seis varones [] a una chica.
Veo la noticia y lloro.
Mi novio está enfermo
pero igual me acaricia.
Pienso que tengo suerte
porque normalicé el miedo
y de todos modos él está ahí
contradiciendo mis augurios.
Pido perdón por el miedo:
él no es la excepción
pero tampoco es el promedio.
Seis varones [] a una chica.
Hace cada vez menos calor
hace cada vez menos día.
Abro la mochila para salir:
tengo las llaves de casa
tengo el celular y los auriculares
tengo miedo.
Pido perdón por el miedo
y por no sorprenderme.
No quiero que el horror
pese tanto y pase tanto
que ya no se perciba
o se perciba cotidiano.
Pero es cotidiano y convive
conmigo
con nosotras
con nosotres.
Pienso que tengo suerte
y que es injusto jugar al azar
y que de pronto seis
no sea un número más
y esté maldito y maldiga
y signifique el femicidio
de la soberanía sobre tu cuerpo.
Pido perdón por el miedo
y por no dar más que llanto
frente a la cruel pantalla
de todos los violentos días.
Ya no quiero jugar al azar.
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