¿Cuántos dardos arrojaste contra mi cama
y cuántos dardos me dieron a mí?
Silenciosos y a plenilunio
(que se asoma entre cortinas).
Y se clavaron mar adentro.
Y me desangraron el pecho.
Vos viniste a besarme:
para hincharlo de nuevo;
para acabarlo a incendios.
Las llamas dieron noche infinita
(silenciosas y a plenilunio).
¿Cuántos dardos me quemaron a mí
y cuántos dardos crearon mis pestañas?