A veces sé desparramarme un poco
y después pararme a preguntar
si querías que llegara tan cerca
o me preferías contenida y dócil
o todavía no querías haber probado
tanto de mí y de mis excesos.
A veces sé desorientarme un poco
y después pausarme y preguntar
si querías que tomara tu mano
aunque no la hubieras tendido
o si estabas esperando en cambio
para agarrarme fuerte y decir sí.
A veces sé despilfarrarme un poco
y después retenerme o preguntar
si querías presenciarlo todo
de a mucho y en todos los colores
sin esperas ni pruebas lentas
de mí y de sí y de tanto pálpito.
Además sé vaciarme los ojos
mirándote para preguntar
qué exceso te gusta más
antes de irnos a dormir.