viernes, 30 de marzo de 2018

Bésame las pupilas

Bésame las pupilas, hasta impregnarlas de tu aliento,
bésame las pupilas, mímalas, acaricia mi corazón,
retírame las pestañas, apártame los párpados, lento,
empápame, hazme partícipe de la ceguera de la pasión.

Bésame estos ojos, los que llevo para ocultar el alma,
que sucumba el cuerpo entero durante el contacto;
cubre mis pupilas ahora, para desnudarlas mañana,
promete que las tocarás, que las someterás a tu tacto.

Bésame los iris, más oscuros que mi piel toda,
hasta erizarlos y endulzarlos con tu cálido sabor,
entonces, desciende, amante de la luna roja
y deshoja, besa, acaricia, conquista mi flor.

domingo, 25 de marzo de 2018

Besos por celular

Te quiero como si no hubiera nadie más en el mundo. Qué sintomático, ¿no? Porque el mundo está lleno. Mi mundo está lleno. Y te quiero como si fuera un páramo completamente olvidado. Pero es lógico: tu presencia, lejana y borrosa, desdibuja toda alrededor. Cuando estás cerca, las formas vuelven a formar.
Te extraño mucho. A veces, me olvido de que te extraño tanto. Las rutinas son así: viviendo lo que nos toca, nos olvidamos de lo más importante. Por eso me olvido de que te extraño. No me quejo, es sanador olvidar. Pero luego recuerdo y tal sentimiento regresa con una fuerza tal que me troza.
Quiero y extraño tus besos. ¿Por qué no te besé más?, me pregunto a menudo. ¿Por qué no te besé más cuando pude? Ahora, quiero tus besos. Ahora, extraño tus besos. ¿Tendré que conformarme? Los besos por celular no bastan. La suavidad de tus labios no puede recrearse. Ojalá vengas pronto para que te quiera, para que me beses, para que no te extrañe.

miércoles, 21 de marzo de 2018

Atlas


¿Cuánto más que un hombre puede pesar otro hombre?
¿Y todos los hombres, con todas sus palabras y piedras?
¿Cuánto puede entregar un hombre y que todavía sobre?
Que sobre siempre y que nunca haya respuesta y vuelta.

¿Cuánto más que un hombre puede llorar otro hombre?
Y que los primeros hombros sigan ofreciendo litera.
¿Cuánto puede consolar un hombre y que todavía sobre?
Que sobre siempre y que nunca haya consuelo de vuelta.

¿Cuánto más que yo pueden pesar otras personas?
Y caer, gravemente, sobre todos los hombros que tengo.
¿Cuánto más puedo entregar y decir que sobra?
Que sobra siempre, que también falta y que ya no puedo.

lunes, 19 de marzo de 2018

Paredes

La amistad...
Escucho voces. Voces que me encierran. Voces que pretenden determinarme.
Entre el hombre y la mujer...
Condicionarme. Decirme a quién tengo que desear y por qué es natural.
No existe.
Hay voces. Voces que me rodean. Voces que me persiguen desde el prejuicio.
Es natural...
Desde la norma. Desde concepciones anticuadas y excluyentes.
Que se deseen.
Gritan voces. Voces que me acechan. Voces que quieren imponerse. O echarme.
¿Con ese escote vas a salir?
Tal vez destruirme. Y reconstruirme a su antojo. Ese antojo que me anula.
Puta.
Duelen voces. Voces que afinan. Voces que entonan una canción pasada.
¡Esa no es una actividad femenina!
Unos acordes molestos. Unas notas innecesarias.
¿Tenés novio?
Dibujan voces. Voces que cuentan una historia nefasta. Voces que crean.
Si no lo hacés, te dejo.
Y que, sin embargo, invisibilizan. O disfrazan y maquillan situaciones.
¡Los piropos mejoran tu autoestima!
Penetran voces. Voces que se constituyen como paredes. Voces que asfixian.
Arreglate, así le gustás.
Y que, lentamente, casi en silencio, una noche o quizás un día, te matan.

sábado, 17 de marzo de 2018

Claro de luna

Claro de luna, claro de mí,
dicen que necesito al sol
para conocerte,
para arrojarte,
para que dances
sobre mi amor.
Dicen que necesito al sol,
claro de luna, claro de mí,
para que bailes,
para que asombres,
para que borres
las penumbras de mis ojos.
Dicen, claro de luna,
claro de mí, que necesito al sol.
Vos ya sabés nuestro secreto:
que no hay danza que borre las penumbras,
si no nos amamos vos y yo
sobre mi amor.

martes, 13 de marzo de 2018

Casta y puta

Quizá no en las camas,
quizá no en las playas,
quizá tampoco en los cuerpos
tiranice.
Quizá no con las manos,
quizá no con los dedos,
quizá tampoco con los besos
tiranice.
Gobierno de otras maneras:
mi castidad se deshace
cuando acaricio
cuando muerdo
cuando eyacula
tu imaginación.

Pecho

Ella tiene el pecho grande, muy grande. Casi infinito.
A veces, parece que resultara seductor.
Es un pecho muy lindo y es también acogedor. Es suave, es tibio.
Late sereno y perdona.
Es un pecho que escucha. Es un pecho que llama.
Se mueve bellamente y contiene.
Es un pecho atractivo.
A veces, parece que resultara seductor.
Porque no es un pecho de madre.
Y, sin embargo,
después de desearlo,
nadie quiere más que reposar niñamente sobre él.

domingo, 11 de marzo de 2018

Ojona

En tus ojos mis ojos se vuelven los ojos que miran mis ojos.
Y son los ojos hermoseantes,
los ojos misericordiosos,
los ojos que ojonamente descubren el mundo,
y que ojonamente ven bello lo bueno
y ojean mis ojos
desde tus ojos donde se vuelven los ojos que ignoran mis ojos.

jueves, 8 de marzo de 2018

#8M

Qué ojos más grandes, más profundos, más sufrientes...
Qué ojos más voluptuosos, más fuertes, más gritones...
Qué ojos más valientes.
Qué ojos más abiertos.
Qué ojos más molestos.
¡Y esas pestañas, que se mueven por todas partes y te incitan a mirarlas!
Y a mirar las lágrimas, esos gotones enormes, que caen una y otra vez inundándome las frases y empapando mis ideas.
Y a mirar esos ojos que no dejan de mirarme, de mirarnos, de mirarlas.

miércoles, 7 de marzo de 2018

Jueves negro


(Originalmente, "Miércoles negro")
Y un día se ausentaron todas las colores...
LA azul, LA rojo, LA lila, LA violeta, LA amarilla, LA verde...
Sí, un día se cansaron y se marcharon. Se cansaron de que los pinceles las usaran a su gusto y sin preguntar. Se cansaron de que los pinceles las usaran y las desecharan, como si no hubieran contribuido en el cuadro, como si no fueran una parte fundamental del cuadro que el gran artista había creado. Se cansaron de estar en la paleta, esperando al pincel. Se cansaron de que no abundaran los pinceles suaves y comprensivos. Y se marcharon.
LA rosa tomó la iniciativa y la siguieron LA rojo, LA violeta, LA azul, LA verde, LA amarilla, LA naranja... Una por una se escaparon de la paleta, de las cerdas ásperas de los pinceles, del cuadro... Un miércoles se escaparon todas juntas, cansadas, tan cansadas y tan juntas que en el lienzo no quedó nada. Por mucho que se esforzaran, por mucho que utilizaran los pedazos de color que les habían robado, los pinceles no pudieron combatir, ni remover la negrura del lienzo. Todas las colores se ausentaron.

Hablemos sin saber

Más allá de las contradicciones con que diariamente lidiamos e, incluso, nos encontramos en nuestros propios discursos, hay un fenómeno que es todavía más común entre nosotros, los seres humanos, y que, si bien a veces incurro en él, no puedo dejar de mostrarme crítica ante su frecuente existencia.
Históricamente, hablamos sin saber. Nos posicionamos en contra de unas ideas y a favor de otras porque no sabemos. Levantamos banderas y proferimos necedades porque no sabemos. Sostenemos el pensamiento más ridículo hasta las últimas consecuencias porque no sabemos. Acusamos porque no sabemos.
El gran problema es que hablar constituye un acto que no requiere maravillosas habilidades. Entonces, hablamos. Y, al hablar, dejamos en evidencia que no sabemos. Promovemos ideas erróneas y vamos fecundando, poco a poco, malos entendidos, falacias, atrasos...
Hoy, hablamos sin saber sobre el feminismo. Hoy, decidimos mancillar una causa justa porque es más fácil pronunciar palabras que informarse. Hoy, dejamos que nuestra ignorancia nos posea y nos permita distraernos del verdadero eje. Hoy, decimos que el feminismo es el machismo al revés o que las feministas son antihombres. Hoy, generalizamos y nos quedamos tranquilamente en casa. Hoy, hablamos así porque es más cómodo que salir a defendernos, a identificarnos, a dolernos, a cuidarnos.
Hablemos sin saber, como todos los días. Hablemos sin saber, mientras otros se preocupan por saber. Hablemos sin saber, mientras otros hacen más (mucho más) que hablar.

viernes, 2 de marzo de 2018

Si no escribo lo que siento...

Entre el pecho y la garganta,
censura.
Entre el pensamiento y los deseos,
censura.
Entre mis ojos y tus ojos,
censura.
No vamos a mirarnos nunca más.
Entre los ojos y la voz,
censura.
Entre los latidos y las palabras,
censura.
Entre mis labios y tus labios,
censura.
No vamos a besarnos nunca más.
Entre los labios y la fe,
censura.
Entre las lágrimas y los hombros,
censura.
Entre mis caricias y tus caricias,
censura.
No vamos a tocarnos nunca más.
Entre mis ojos y tus labios,
entre mis labios y tus caricias,
entre mis caricias y tus ojos,
nunca más.

jueves, 1 de marzo de 2018

Amor atragantado

De pronto, nada.
Un poco de viento, un montón de lágrimas, una pesadilla de noche entera.
Pero nada.
Casi sin palabras te sueltan la mano (el corazón).
Te sueltan y se te atora todo el amor,
amor proyectado a largo plazo,
entre la garganta y el alma.
Tosés.
Tenés mucho amor atragantado.
Tosés.
De pronto, nada.