domingo, 25 de marzo de 2018

Besos por celular

Te quiero como si no hubiera nadie más en el mundo. Qué sintomático, ¿no? Porque el mundo está lleno. Mi mundo está lleno. Y te quiero como si fuera un páramo completamente olvidado. Pero es lógico: tu presencia, lejana y borrosa, desdibuja toda alrededor. Cuando estás cerca, las formas vuelven a formar.
Te extraño mucho. A veces, me olvido de que te extraño tanto. Las rutinas son así: viviendo lo que nos toca, nos olvidamos de lo más importante. Por eso me olvido de que te extraño. No me quejo, es sanador olvidar. Pero luego recuerdo y tal sentimiento regresa con una fuerza tal que me troza.
Quiero y extraño tus besos. ¿Por qué no te besé más?, me pregunto a menudo. ¿Por qué no te besé más cuando pude? Ahora, quiero tus besos. Ahora, extraño tus besos. ¿Tendré que conformarme? Los besos por celular no bastan. La suavidad de tus labios no puede recrearse. Ojalá vengas pronto para que te quiera, para que me beses, para que no te extrañe.

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