domingo, 27 de junio de 2021

Bajemos en Viena

Antes del amanecer
soy un terrón de azúcar
disolviéndose en un café
caliente y amargo
que besás
con tus labios profundos
antes de tragarme entera
para que endulce tu pecho
mientras el café lo quema.
Es una tontería eso
de no volvernos a ver.
Mejor, de nuevo acá.
En seis meses.
Vos llegás en avión.
En diciembre.
Yo llego en tren.

sábado, 26 de junio de 2021

Sustantivo propio

De tanto holgar el nombre
ya cabemos varias cinturas.
Todas distintas, claro.
Todas distintas, pero
Todas Alejandra.
De tanto holgar el nombre
ya cabemos varias cinturas.
Y ahora queda alejandra.
Y ahora significa alejandra.
La carne se hace palabra.
De tanto holgar el nombre
ya cabemos varias cinturas.
Siempre suena a alejada.
Siempre nombra a alejadas.
El sentido me elige a mí.

jueves, 17 de junio de 2021

Agujas que ya no marchan

Se escuchan los últimos latidos del reloj.
Mi despertador ya no tiene pilas.
Y mi amor, tampoco.

Me despierto igual.
Espero temblando el colectivo
y veo una ratita muerta.

Yo también era la rata.
Nos atropellaron un auto -a ella-
y la polar indiferencia.

Viajo en el 63 y me olvido.
No hay rata, no hay despertador.
Pero sí hay agujas que ya no marchan.

Pido un último deseo de calor:
que te des cuenta antes
y no tengas que verme congelada.

lunes, 14 de junio de 2021

Alteración

Sos generoso

de desdenes

y de piedades

que despedazan

mi danza pesada

de amante callada.


Te pido que vengas

y te despedís

como se despiden

los inviernos despiadados

que dejaron de venir

desde el ardor global.


Te sujeto la cara

y descaradamente

te acarician mis jadeos

y te acaban mis tajadas

tajadas de cariño

que calan entre rejas.

jueves, 10 de junio de 2021

Migraña y tristeza

Ayer me corroyeron el gesto.
¿Quiénes?
La migraña y la tristeza, otra vez.
Se juntan para desmaquillarme
ese maquillaje natural de mi sonrisa.
Se juntan para arrebatarme
ese antifaz que son mis ojos abiertos.
Se juntan para desnudarme
ese disfraz que es mi cuerpo moviéndose.
Y rendí un parcial
con la migraña y la tristeza infestándome
los párpados
el nudo de la garganta
las curvas de mis cejas
los huecos entre mis costillas
los pozos del corazón
el laberinto de mis orejas
que quieren perder ese zumbido
y encontrar solamente tu voz.

miércoles, 2 de junio de 2021

Capítulo dos

Tu sombra me abraza contra la luna

luna de arrugas que quedan en la cama.

Tu torso calienta y eclipsa mi espalda.

Grito Dios porque tus dedos lo conjuran.


Dios finge que no mira ni escucha

tus gemidos contra mis espasmos

mis rasguños alentando tus pecados

tus suspiros entibiando mi nuca.


Te convido todos mis arrebatos.

Te presto caricias resbalosas.

Te imploro una arruga más.


La cama se despierta más arrugada.

Y el despertador está preguntando

si te sueño o mejor te llamo.


Capítulo uno

Pausa. Pongo las sábanas a lavar.
Pero no están sucias. Están solas.
La cama y yo y también las notas.
Aunque cante mucho menos ya.

Extraño tu ducha y mi recital.
Espiabas como público tímido.
Aplaudías como público típico.
Rosas no había, solo tu besar.

Tu besar era dulce y experto.
Esa lengua ignoraba pretextos.
Tu besar me adornaba el pecho.

Tu besar era un derrame
de miel de luna menguante
en una sonrisa interrumpida.

Capítulo cero

Intuyo que esta semana no soporto:
hay muchas migas por toda la casa
hay larguísimas grietas en esa taza
y sin quererlo leyéndola te nombro.

Silencio, por favor. Callo, aborto:
oculto tu nombre detrás de la boca
sepulto mi voz con jugo y sopa
ahogo esos terribles escombros.

Los escombros anidan en mi pecho.
Pido paz, pido olvido, pido tu beso.
Invento que Dios está en el techo.

Rezo llorando por tu beso largo.
Tu recuerdo tiene forma de barco.
¿Tengo que dejarte ir o lo anclo?


Alejandra

El nombre.
El signo lingüístico.
La representación de una sujeta real
que a veces no significa nada
y a veces emana muchos sentidos.

El nombre.
El disfraz.
La primera palabra que se abre paso
entre el saludo de dos extrañes
y la despedida de dos singularidades.

El nombre.
La singularización.
O, en cambio, el nexo que subraya
que hubo otras Alejandras antes
y que hace preguntarse cuál Alejandra.

El nombre no alcanza.
Mejor, la historia del nombre.
Y, también, la historia de la nombrada.