Tu sombra me abraza contra la luna
luna de arrugas que quedan en la cama.
Tu torso calienta y eclipsa mi espalda.
Grito Dios porque tus dedos lo conjuran.
Dios finge que no mira ni escucha
tus gemidos contra mis espasmos
mis rasguños alentando tus pecados
tus suspiros entibiando mi nuca.
Te convido todos mis arrebatos.
Te presto caricias resbalosas.
Te imploro una arruga más.
La cama se despierta más arrugada.
Y el despertador está preguntando
si te sueño o mejor te llamo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario