martes, 29 de mayo de 2018

Geminadas

Me seguís.
Todas las noches.
Todas las oscuridades.
Asomás, de repente, a mi mirada.
A mis ojos.
Y mis ojos dejan de ser ojos para reflejarte.
Para mirarte desde el reflejo.
Que les quepas es un milagro,
o tal vez no.
Tal vez el milagro sea
que te reflejes en mis ojos,
que todavía te reflejes en mis ojos,
cuando ya te habías duplicado,
cuando ya te habías partido,
cuando ya te habías geminado, luna,
para habitar mi cara.

No hay comentarios:

Publicar un comentario