No son malos los lobos. Se han despiadado con ellos. Los están despiadando. Las lunas creen en la piedad y en los abrazos y en la caricia tibia de una mirada bien entregada.
No son malos los lobos. Se han despiadado con ellos. Los están despiadando. Las lunas creen en la piedad y en los amores y en el secreto cálido que guardan las sábanas toda la noche.
No son malos los lobos. Pero las lunas no los están despiadando.
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