miércoles, 13 de mayo de 2020
Ya era 16 de enero
Mirame cuando te hablo. Cuando hablamos. Me gusta que nos miremos cuando hablamos. Sé que te gusta también. ¿Te gusta también? Ya te lo había preguntado, pero nunca está de más. Qué lindo sos cuando no te cansás de que repita mis preguntas o mis comentarios. Perdón: a veces sí sobran. Perdón: a veces toman la palabra los miedos. Perdón: a veces explico demasiado. Y no te importa. O te importa, pero no te espanta. Qué lindo sos cuando no te espanta. Todo el tiempo, entonces. Tengo suerte. Qué ganas me das de pedirte prestados unos besos y devolvértelos después con intereses.
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