lunes, 25 de mayo de 2020
Resaca
No lloraría de día por lo que lloro de noche. Es casi involuntario. Mi corazón a veces se acuesta con resaca de esa única madrugada en que no me mentiste. ¿Y qué puedo hacer? Setenta noches recuerdo, pero una me olvido de que dejó de doler. Y retumba, como si fuera noviembre de nuevo, como si mi túnel fuera noviembre y no hubiera luz. Y amanezco llorando. No sé si sueño o si lloro. No sé si pesadillo o si lloro. Y no digo nada. Pero ahora hay luz. Cuánta luz, la verdad. Más que anoche, más que cualquier día soleado de noviembre. Entonces sé que no estoy estancada, que solamente pido un beso y que puedo dormir. Y después me despierto como si también el corazón hubiera sido una pesadilla. No es. Se calienta de inmediato y se anuncia, con ganas de querer. Y quiere. Y pide un beso más.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario