Un pedacito, nada más humilde que un poco de besos.
Y a cambio te estaba poniendo a la mano la chance:
esa oportunidad de retractar una vida con un acto de bondad.
Un trueque desproporcionado, como todo lo que me gusta dar.
Tal vez te diste cuenta antes y por eso lo dejaste ir de repente.
Y entonces no hubo retracción: completaste la colección.
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