No me advertiste, Luna, que todas estas palabras de dolor podrían alguna vez doblarme en masa y altura.
No me advertiste, Luna, que cuanto más quisiera cantar un poco de amor, tanto más iba a querer llorarlo después.
No me advertiste, Luna,
que hasta ahogada de penas
solo puedo cantar esa canción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario