Comparable me parece la primera vez que una dice: ¿Querés ser mi amigue? Porque la inocencia infantil con que se pronuncian preguntas como esa encubren secretos que la adultez no permite.
En la adultez la pregunta sobra. O tal vez no sobra, pero calladamente nos inclinamos hacia quienes preferimos. Como una jirafa que necesita sobrevivir y estira el cuello para comer.
Nos inclinamos como jirafas porque necesitamos sobrevivir y estiramos un cuello metafórico una y otra vez hasta que por fin comemos.
la amistad
es como la poesía y la comida:
se hace
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