ni había dejado de hervir mi sangre
pero te moviste en la escenografía
y entonces tuve que verte de nuevo
de nuevo y también por primera vez
desordenando el cuadro cotidiano
no pedía -repito- dadores de besos
te moviste y yo te noté de nuevo
y no dejaría de notarte cinético
cinético en un cuadro llano y tieso
al que le diste volumen colorido
para eyectarte y colorear además
todo acá, invisible antes del beso
No hay comentarios:
Publicar un comentario