subiendo dulce por mis retinas
y entonces supe que te dolió
mejor dicho, supe que te dolí
esparciéndome como veneno
lejos y cerca de tu boca rosa
me dolió dolerte y así temblé
temblé de miedo manoseado
buscando la fuga por el llanto
y lloré poco porque te quedaste
no escapaste de mis lamentos
ni de mi beso ahora antídoto
que interrumpe los perdones
de unos párpados pesados
que también quieren escuchar
perdón y entonces perdonar
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