pero no los puse en el placard
sino en tus manos que no entienden
y se olvidan de todas mis sílabas
porque tienen sabor a poca cosa
a que vos me estás dando igual
a que vos me estás dando más
Y posiblemente te equivocás:
solo me quedo mi piel mortal
y te entrego a vos la otra piel
la que sumerge poesía infinita
en mi propio perfume singular
en mi propia forma de desmirar
Te estoy dando la excusa rimada
de quererme como se quiere
en las leyendas del hilo rojo
pero sin destinos ineludibles
pero sin obligaciones cosidas
Y posiblemente te alejás:
tus manos aún no entienden
que te di un tercer ojo grandote
que te doy un rabillo de más
No puede ser poca cosa
el poder de mirar lo inmirable
el poder de mirar costa adentro
Te olvidás y quedás con hambre
Te olvidás y te quedás ciego
Y yo ya te di toda la poesía que tenía
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