Me gustaría contarte:
ayer a las 18 y 20 salí del trabajo
y me paré a esperar el colectivo;
por suerte, a las 18 y 40 estaba arriba
leyendo un mail que no es tuyo,
pero que me hace feliz.
Me importa mucho, ¿sabés?
Poder decirme artista.
Los árboles que decoran la General Paz
contrastaban con el gris húmedo
y estaban de acuerdo conmigo.
Les importa mucho, ¿sabés?
Poder decirse artistas.
Cualquier trabajadore durmiente
arrullade por la secuencia de edificios
diría cansadamente que sí:
si el arte no puede ser una pausa cotidiana
entre las escenografías cotidianas,
¿entonces para qué?
No hay comentarios:
Publicar un comentario