a la masa del hartazgo
le pusiste el queso
la salsa de tomate
y el orégano del ya no más
Yo ya tenía el horno prendido
precalentándose a fuego lento
igual que la pesadilla suave
de querernos de lejísimos
y tristemente a escondidas
Habría apagado el horno
una vez más, una sola vez más
pero habría sido tan injusto
Prefiero estos sabores
que se digieren mejor
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