mirarte con los ojos rayados de luna en una silenciosa invitación,
equivocarme y respirar sobre tu cuello en una licenciosa invitación,
aceptar tus ropas y tu desnudez para abrigarme el cuerpo.
Encontré formas de susurrar que te quiero sin decir nada:
espiar el beso después de haber tenido los ojos cerrados,
buscarte lunares después de haber tenido los mimos cerrados,
prestarles refugio en mi pecho a todas tus expresiones y gestos.
Encontré formas de susurrar que te quiero sin decir nada,
pero te quiero
y a veces hace falta escucharlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario