Yo no pedí:
que casi todo saliera bien,
que casi no hubiera dolor,
que todo fuera tan provechoso.
Yo no pedí.
Mi voz no intervino.
Mi voluntad vino después.
Mi voto fue un sí al buen tino.
Pero yo no pedí.
A cada honor:
una cuota de bondad,
una paciencia infinita,
una gran roca de culpa.
A cada honor:
un sufrir en silencio,
un llanto que no vale,
una canción que no debo cantar.
Pero yo no pedí.
¿Qué más tributo pagaría
si en efecto hubiera pedido?
Una vida entera no parece alcanzar.
Pero yo no pedí.
Yo no pedí:
ni estos honores,
ni todos los otros
que callada y puntual retribuyo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario