sábado, 20 de marzo de 2021

Pará

Pará.
No te escondas ni bajes la persiana todavía.
El mal trago de hoy no se detiene en el umbral.
Pero te doy mi abrazo como escudo de mil días
y a los oídos y en secreto te prometo mil días más.
Pará.
Dame la mano un segundo y no te agites tanto.
Ya sé, no puedo nada contra esta línea temporal.
Pero puedo ocultarte en mi pecho durante un rato
y durante otro rato más mirarte dormido y rezar.
Pará.
Estoy rezando una oración que late por tu bien.
Una oración que te tapa los oídos por esta noche.
Hasta mañana te impido que sigas siendo rehén.
Y mañana renuevo la promesa después de las doce.

No hay comentarios:

Publicar un comentario