No hay plumas que contar.
Tampoco hay pico cantor.
Y sin embargo vuelo.
Y sin embargo canto.
No hay alas cariñosas.
Tampoco hay pecho en flor.
Y sin embargo abrazo.
Y sin embargo florezco.
No hay forma de colibrí.
Y sin embargo hay cabellos.
Y sin embargo hay piel.
Y sin embargo hay forma de mujer.
Y, escondida en los ojos, la luna.
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